Desde que comenzó la pandemia del Covid-19 en marzo pasado, mucho se ha hablado del voto por correo. En los Estados Unidos casi la mitad de los electores votarán este año por correo lo que ha levantado la polémica de que el voto masivo por este medio podría retrasar los resultados ya que no daría tiempo contabilizar los millones de votos para el 3 de noviembre.
En Puerto Rico la cosa es distinta. La Comisión Estatal de Elecciones aprobó recientemente un reglamento que permite solicitar y someter el voto por correo, tanto el Voto Adelantado como el Voto Ausente. De hecho, ya el pasado 24 de septiembre fue la fecha límite para someter dichos votos del cual el Voto Adelantado corresponde mayormente a los electores de 60 años o más. Dado que nuestra Isla tiene una alta incidencia de participación electoral y que el sector de la tercera edad compone un 20% de los electores, se ha promovido el voto adelantado por correo para así garantizar la seguridad de esta población ante el contagio, ya que visitar los colegios electorales supone una aglomeración de personas lo que constituye un mayor riesgo.
Cabe señalar que la votación anticipada o adelantada aplica también a funcionarios gubernamentales y electorales que deben trabajar el día de las elecciones, oficiales de policía que estarán en servicio, bomberos, trabajadores de servicios de salud, entre otros.
En cuanto al voto ausente, éste aplica a estudiantes en el exterior, los militares en servicio activo y pacientes que reciban tratamiento para una enfermedad catastrófica.
Como parte del proceso, los comisionados electorales de los diferentes partidos se unieron con el Postmaster de Puerto Rico para coordinar el personal que estará a cargo de manejar el alto volumen de votos vía correo.
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